sábado, 9 de febrero de 2008

Cecilia, la yaya.



Hoy subimos un piñón. Queremos relajar el ritmo.

Son muchas las cosas que pasan al día en este mundo que hacemos que vaya tan rápido. Uno puede hablar o escribir de mil historias que se le pasan por la cabeza, vivencias, pensamientos, cosas que ves, cosas que imaginas... pero hoy toca hablar de las yayas (abuelas) en general, y en mi caso de Cecilia en particular (otro día hablaré de Florencia, con F).

El motivo es porque hoy un amigo ha perdido la suya... un abrazo Mr GE. Creo que puedo imaginar por lo que estás pasando, a mí me tocó hace más de un año (maldito febrero, verdad Yol... a tí te tocó hace ya 15 años...). Como a Mr GE, lo de mi yaya fue de pronto, mi padre lo vivió en primera persona -no se le olvidarán nunca esos momentos- a mí me tocó decírselo a mi madre, duro, muy duro.

Pero bueno, explicado el motivo, creo que toca cambiar el tono, prefiero quedarme y recordar los buenos momentos... muchas veces miro a mi madre y veo a mi yaya... quizás en eso consista la "reencarnación".

De Cecilia -me gusta el nombre- recuerdo y me recuerdan muchas cosas, me cuentan que de pequeño era su nieto favorito... me lo creo. Recuerdo sobretodo muchas cosas de su vocabulario, palabras como "armar un tiberio" (jaleo... ¿tendrá que ver con el emperador romano?), "hablar quedito" (en tono bajo, con cuidado), alhaja (para definir a una persona)... una pena que estos términos se vayan quedando en la historia...

Podría seguir, pero como retazo y homenaje escrito creo que es suficiente... el resto de momentos me los quedo, como supongo que quien lea esto hará con los suyos...

Foto obtenida, una vez más a través de Google. Esta proviene de la Blogalaxia.

3 comentarios:

Miguel dijo...

Gracias amigo.
Un abrazo.

Javi.Rigor.Rivas dijo...

Mr GE:

;-)

Anónimo dijo...

Mi mas sincero cariño y homenaje a todas las abuelas. A las mias yo las adoraba.